jueves, 28 de octubre de 2010

RELATO - LA MILLONARIA, LA LADRONA Y LA POLICIA

La milloniaria, la ladrona y la policia

Por : Sandra

Hacían cinco meses que Romina, había obtenido su libertad. Estaba en la pobreza y era una de las mejores ladronas de joyas. Esos dos años en la cárcel la habían endurecido y ahora era toda una profesional dispuesta a todo.

Desde hacía una semana que vigilaba discretamente esa casa. Sabía que este iba a ser el golpe de su vida y había estudiado todos los detalles. Sabía como desconectar las alarmas y como ingresar sin ser vista. Durante su corta pero intensa trayectoria delictiva nunca había podido conseguir un botín como el que ahora la esperaba: Un collar de diamantes valorado en algunos miles de dólares. Tenía 26 años y su mayor deseo era radicarse en Brasil para olvidar los tristes últimos años. Día y noche observaba la casa de Roxana, ella era la feliz propietaria de esa valiosa joya. Por fin, su oportunidad había llegado. Esa noche el dueño del chalet había viajado y ella lo sabía. Romina le había visto salir unas horas antes con una maleta. Ello le facilitaba las cosas.

En el enorme chalet solo estaba la mujer del dueño y a esas horas ya estaría descansando. La policia dormía en una casita al otro lado del jardín y ninguna oiría nada. Romina sabía lo que hacía, esperó un rato más hasta las 3 de la madrugada, para asegurarse que no hubiese nadie despierto. Finalmente se encaminó sigilosamente. Sus rubios cabellos cortos estaban ocultos por un oscuro pañuelo y vestía una ajustada calza negra.

Ella era alta y con su 1,75m su cuerpo era ágil y esbelto. Sin dificultad saltó la valla que la separaba del jardín llevando una pequeña bolsa. Luego forzó una de las cristaleras que daba acceso al jardín. Sin un ruido entró en el salón de la casa y luego de desconectar la central de alarma, avanzó hacia un cuadro. La semana anterior, vigilando la casa con sus prismáticos la había permitido ver donde estaba la caja fuerte. Inmediatamente retiró el cuadro y se puso a trabajar en la caja con sus instrumentos.

Todo marchaba a la perfección, pero media hora después se dio cuenta de que era inútil. La maldita caja fuerte era de primera calidad y no había manera de abrirla. La frustración se apoderó de Romina. Tenía una fortuna a su alcance y no podía tomarla. Estaba en muy mala situación económica y había gastado lo que le quedaba preparando este robo. En vano intentó un rato más abrir la caja y al fin lo dejó. La única forma de abrirla era tener la combinación. Seguro que la dueña de la casa la sabría, pero, ¿como hacer que se la dijese?. Romina no iba armada. Ella era una ladrona de guante blanco muy inteligente, no una asesina. Pero no tenía otra opción; intentaría atarla sin que se despertara. Cogió una cuerda de su bolsa y lentamente subió las escaleras. Se dirigió cautelosa al dormitorio principal y entró sin hacer ruido.

Con su pequeña linterna en una mano fue avanzando hacia la cama. Romina había visto varias veces a la dueña mientras vigilaba la casa. Era una morocha de pechos chicos, pero duritos de 31 años, bastantes menos que su marido. Ahora la enfocó con cuidado con la linterna. La morochita estaba encima de la cama, dormida. Solo llevaba puesta una tanga íntima, casi transparente y el resto de su cuerpo desnudo era visible. Romina notó nerviosa, que la otra mujer estaba en muy buena forma. Entonces recordó haberla visto alguna vez en la piscina nadando en un minúsculo bikini. Dedujo que era tan fuerte como ella y por un momento pensó en desistir, pero la codicia la pudo. Cuando consiguiera aquel collar sería ella la que podría vivir en el lujo, como la mujer que dormía ante ella. Se acercó lentamente.

Sobre su cama, Roxana dormía plácidamente. Su cuerpo sensual estaba totalmente relajado. De pronto notó un roce a sus pies. Con un sobresalto se despertó y levantando una mano encendió la luz. Los ojos de Roxana se abrieron de asombro y miedo cuando vio a una alta joven con una cuerda en la mano a los pies de su cama. Abrió la boca para preguntarla quien era, pero la otra no le dio tiempo. Con un salto Romina se arrojó sobre ella. Antes de que la aturdida Roxana reaccionara, Romina clavó una rodilla entre los pechos. La dueña de casa notó que se quedaba sin aire mientras Romina apoyaba todo su peso. La ladrona intentó sujetarle los brazos pero esta comenzó a retorcerse. De pronto la mujer millonaria reaccionó y con inusitada fuerza la agarró del cuello. Hubo un forcejeo y las dos cayeron de la cama chillando.

Pero con agilidad se pusieron de pie. Roxana rápidamente lanzó un puñetazo que acertó a Romina el la mandíbula, haciéndola caer de espaldas. Dos o tres segundos después y mientras la ladrona se incorporaba, Roxana le lanzó una patada al estómago que la hizo gemir. La dueña de casa no perdió tiempo y viendo a su enemiga de rodillas se echó sobre ella. Tras corta lucha la mujer casada se acostó sobre el cuerpo de Romina dominándola por completo. La ladrona tenía sus muñecas sujetas, sentía el calor de los pechos de la otra sobre sus mejillas pero casi nada podía hacer. Esa mujer había resultado ser muy fuerte y Romina estaba sorprendida y dolorida. La ladrona desde abajo miraba a su captora casi desnuda y sentía su costoso perfume. No se imaginó nunca que aquella delicada y rica mujer la podía vencer.

Romina no era la primera vez que peleaba. En prisión varias veces fue obligada a batirse con mujeres muy duras. Fueron feroces duelos entre reclusas, donde ganó y perdió en algunas ocasiones. Conservaba algunas cicatrices y había aprendido a defenderse. Con un rugido de furia arqueó su espalda y consiguió quitarse a Roxana de encima. Las dos rodaron por la alfombra, tirándose furiosamente del pelo. El calor, el dolor y los insultos las habían enardecido. Ambas sabían que una de las dos debía quedar en pie y peleaban por su supervivencia.

Luego se soltaron y se levantaron jadeando. Roxana se paró enfrente de su adversaria. Por primera vez Romina la observaba de cerca, su cuerpo bien trabajado por la gimnasia se presentaba temible. Buena musculatura y excelentes muslos. Una minúscula tanga íntima transparente, realzaba la ranura de su depilado sexo y sus pechos desnudos permanecían amenazantes. Entonces la ladrona fue invadida por cierto temor y comenzó a retroceder. La mujer casada avanzó y con una mueca de odio, arrojó su puño intentando golpear a Romina.

Pero esta se agachó casi hasta el suelo y el ataque pasó por sobre su cabeza. Luego, desde muy abajo lanzó un gancho que subiendo por entre los muslos, impactó de lleno contra el sexo de Roxana. Esta, sintió cómo se aplastaba su clítoris y se desplomó gimiendo. En prisión había aprendido que ese golpe nunca falla y era una buena forma de finalizar un duelo entre presas rivales. De hecho varias veces lo había presenciado. Las fuerzas de Roxana colapsaron de inmediato y sus músculos se negaron a obedecer.

Quedó fuera de combate, en el suelo con sus manos en las entrepiernas. Romina con rapidez se acercó a donde estaba la cuerda y la tomó. Luego fue hasta donde la millonaria y la ató por los tobillos. Pero sólo había llevado una cuerda. Si bajaba por otra le daría tiempo a recuperarse. La dueña de casa comenzó a moverse débilmente y Romina tomó una decisión. Con agilidad se sentó sobre sus desnudas tetas y sujetó los brazos con las rodillas. Luego de abofetearla preguntó:

- Dime, zorra rica, ¿cual es la combinación de la caja?

Roxana estaba muy dolorida, pero a fuerza de bofetadas su mente comenzó a despejarse. Al fin comprendió que la mujer que la había vencido era una ladrona. Pensó en las consecuencias y no contestó. Entonces Romina la dio un fuerte puñetazo en la cara. Roxana se retorció de dolor, pero fue en vano, sus piernas atadas no la permitían escapar. De nuevo Romina la dio un segundo puñetazo en el rostro y volvió a preguntarla por la combinación. Pero la millonaria se negaba a responder. Romina siguió golpeando y preguntando. Poco a poco la cara Roxana fue cambiando de aspecto.

Al parecer su nariz estaba rota y la sangre fue deslizándose por su cuello. Unos minutos después, la cara de la hermosa mujer conocida por toda la alta de la ciudad, comenzó a inflamarse. Sus labios estaban rotos y sus verdes ojos comenzaban a hincharse por los golpes recibidos. Lloraba, pero continuaba negándose a contestar. Roxana sentía dolor pero no iba a dar a la otra la satisfacción que, además de vencerla la robara. Romina finalmente se detuvo. Miró frustrada la ensangrentada cara que tenía debajo. Sabía que Roxana estaba a punto de quedar inconsciente y ella aún no tenía la combinación. Entonces decidió cambiar de táctica. Retrocediendo, se sentó sobre el estómago de su víctima.

Ahora ya no hacía falta sujetarla los brazos. Luego cogió con cada mano los pezones de Roxana y comenzó a retorcérselos con furia. A 50 metros, la que cuidaba la casa de los millonarios, se llamaba Lidia, era una mujer polcia, se despertó cuando creyó oír un alarido. Durante unos segundos quedó quieta en la cama sin escuchar nada. Luego, cuando pensó que había sido un sueño, hasta que de nuevo volvió a oír un desgarrador chillido. Casi no reconoció la voz de su señora. Preocupada se levantó. Romina retorció varias veces los pezones de Roxana, con toda su fuerza. Esta vez los sangrantes labios de Roxana se abrieron y entre sollozos musitó:

- ¡Basta......no más...........me vas a matar...!

La ladrona sonrió triunfal. Su enemiga ya no podía soportar más castigo. Exigió cruel:

- ¡Dime la combinación o te los arranco...!

Roxana ya no podía más. Su cara era una mascara y los pezones le ardían. Con esfuerzo contestó:

- 7856NP

Romina se levantó satisfecha. Por un momento pensó si debía desatar las piernas de la millonaria y atarla las manos. Pero viendo el desastroso aspecto de su cara dedujo que no era necesario. Entonces recogió un teléfono celular que se encontraba sobre una mesa y encerró con llave a la dueña de casa dentro de su habitación. Luego bajó las escaleras. Cuando llego al salón se dirigió a la caja e introdujo los números. La puerta se abrió con un chasquido y Romina introdujo la mano dentro. Pero en ese momento las luces del cuarto se encendieron. Romina miró a la puerta y allí vio a Lidia. Había acudido a la casa a comprobar si había algún problema. La mujer policia llevaba sólo un corto camisón y sus prendas interiores. Era una joven de unos 29 años, bastante alta y de buen físico. Lucía fuerte y algo más pesada que Romina. Su anguloso rostro estaba enmarcado por una larga cabellera negra. La policia se dio cuenta inmediatamente de que había pillado a una ladrona in fragante.

Rápidamente corrió al lado de la pared para accionar la alarma. Pero esta había sido anulada, entonces cogió el teléfono. Si lograba pedir auxilio, Romina estaba perdida. Podría agarrar las joyas y correr, pero probablemente la policía llegaría enseguida y la atraparían. Finalmente tomó una decisión y se lanzó contra Lidia, que ya había descolgado el teléfono. Antes de que pudiera marcar, Romina lanzó una patada dirigida a la entrepierna de la policia, pero esta se hizo a un lado y el pié impactó en la cadera. Lidia gritó y soltando el teléfono agarró los rubios pelos de Romina y las dos cayeron al suelo. Por unos minutos estuvieron rodando y la ladrona se encontró luchando con una chica semi desnuda, que pesaba al menos 10 kilos más que ella. Puso lo mejor para ganar, pero la mujer policía con agilidad la puso de espaldas y sujetó los brazos contra el suelo. Con horror vio como Lidia se sentaba encima de su garganta y con sus gruesos muslos atrapaba su cabeza. A Romina le costaba respirar bajo el agobiante peso de esa joven y sentía la tibia humedad del sexo enemigo. No podía creer tanta mala suerte, entonces hizo lo único que podía.

Levantó la cabeza y mordió con saña uno de los brazos de Lidia. La sorprendida mujer policia gritó y con un esfuerzo supremo Romina la hizo rodar. Mucho más rápida que su antagonista, la ladrona se puso en pie. Dos precisas patadas en la cabeza dejaron a Lidia medio atontada en el suelo con sus piernas abiertas. Romina vio el "blanco ofrecido" y no dudó. Se agachó y metiendo sus dedos bajo las bragas, con una uña le arañó profundamente la concha. El dolor fue tan insoportable que la mujer policía luego de aullar, quedo paralizada convertida en un ovillo. Era otra de las tácticas efectivas que Romina había aprendido en la cárcel. Ella había visto como reclusas más fuertes y pesadas habían sido derrotadas de esa forma por otras más pequeñas. Romina se incorporó, jadeando. Unos segundos después, se acercó a la caja fuerte de nuevo. Con calma cogió las joyas y un grueso fajo de billetes que metió en su bolsa.

Romina no podía creer lo que había vivido, primero con la millonaria y después con la mujer policía, y lo mejor de todo era que había ganado, pero al ver el cuerpo de las 2 nenas vencidas en el suelo pensó que podía darles un escarmiento por haberla lastimado y retrasado en su robo, así que si apuros, puso en una mesa a la mujer policía, antes de ponerla ahí fue a buscar el uniforme de policía de Ana y le coloco solo algunas prendas, le puso la gorra, las botas y la camisa desabrocha a la mujer policía, y con la millonaria la coloco al lado en la misma posición que a policía pero solo que a ella solo les puso unos calcetines blancos, era realmente hermoso ver a esas mujer en la mesa, con el cuerpo apoyando las tetas sobre la mesa y los pies sobre el piso con los culitos paraditos.

Ahí empezó la fiesta, la agarro a la mujer policía desde atrás y tomándola de los pelos negros le dijo " AHORA VOS A VER QUIEN MANDA" y le puso 2 dedos en la entrada de la colita, al sentir la mujer policía lo que le iban a ser dijo ¡No, no...POR FAVOR NO ME LO HAGAS" al sentir esto la ladrona se éxito mas y sin mas la penetro, primero uno a lo que la mujer policía grito "AAAHHHHHH ME DUELE BASTAAA POR FAVOR PERDONAME....PORFI....BASTA ME RINDO" ya era tarde, la ladrona le estaba penetrando un segundo dedo en ese hermoso culito, ahí fue cuando empezó el meta y saca mas rápido y mas fuerte, tendrían que ver ese espectáculo una ladrona estaba rompiéndole el culo a una mujer policía. "NO AGUENTO MAS SACAMELOS POR FAVOR TE LO SUPLICO" decía la policía pero Romina estaba gozando demasiado para escucharla, ya era hora de meterle el 3 dedito por la cola y con un poco de saliva lo pudo meter hasta el fondo, la policía gritaba y pataleaba con sus botas y Romina decía"MIRA LO QUE TE HAGO PERRA!!!" "ES PARA QUE APRENDAS A RESPETARME" y ahí vino lo peor.... saco los 3 dedos hizo poner a la millonaria de rodillas al lado de ella y le hizo chupar los dedos sucias de la mierda de la policía y ella parada le decía "VES ROXANA LA QUE MANDA SOY YO ROMINA, TU HEMBRA" a lo que roxana respondió "SI ROMI YO VOY A SER TU PUTITA DE AHORA EN MAS" acto seguido se metió los dedos de romi en la boca para limpiarle la mierda de ana. Una vez que tenia los dedos bien húmedos por la saliva de roxana le dijo a la policía" PREPARATE NENA QUE VAS A RECIBIR TU MERECIDO" y sin mas hundió la mano en el culo de la policía "AAAYYYYY NOOOOOOO ME ESTAS MATANDO ROMINA" "TOMA PUTA COME MI MANO POR TU CULITO LINDO QUE TENES Y DECIME QUIEN ES MEJOR"

ROMI: ¿Quieres más..?
ANA: ¡No, no...!
ROMI: ¿QUIÉN ES MEJOR..?
ANA: VOS, pero basta te lo pido como mujer vencida que soy ...!
ROMI: ¡Repítelo varias veces...!
ANA: Me rindo, me rindo...!
ROMI: ¿Quién es la mejor..?
ANA: ROMINA ES LA MEJOR DE TODOS
ROMI: ¿Quiénes son las mas putas y vencidas hembras...?
ANA: Las putas vencidas por vos somos: ROXANA Y ANA somos tus esclavas y perras mas fieles, somos tuyas y nunca mas te miraremos de frente.

ESTA HISTORIA CONTINUARA.......



Pd: SI LES GUSTARIA QUE CAMBIEN QUIEN MANDA O QUIENES SON LAS PUTITAS ENVIEMEN UN MAIL Y SI PUEDO DAR VUELTA EL RELATO PARA LA QUE SEA MAS VOTADA O SEGUIRLO IGUAL

POLICÍA=ANA MILLONARIA=ROXANA LADRONA=ROMINA


¿Quién QUERES QUE GANE???



Aca les muestro una fotito





ACA TENGO DOMINADA A ROXANA LES GUSTA????

viernes, 22 de octubre de 2010

RELATO - LAS TENISTAS

Las tenistas

Por: Sandra

Fui testigo de una espeluznante pelea entre dos chicas que jugaban al tenis. Estaba en un centro deportivo y las dos chicas estaban dentro de una cancha cerrada por una alta reja de alambre estilo gallinero..

Una era morena, de piel bronceada, bajita, melena rizada hasta los hombros y ojos oscuros, pechugona y un poco regordeta. La otra era una rubia bastante alta, le sacaba casi una cabeza de estatura a su compañera, esbelta y atlética, cola de caballo hasta la mitad de la espalda, culo saliente y tetas realzadas por el sujetador. Ambas vestían con la ropa normal para este deporte, falda corta, camisa sin mangas y zapatillas, todo de blanco o crema.

Habían cerrado la puerta de la cancha con un palo y hablaban entre ellas mientras jugaban, cotilleando de sus conocidos. La morena comenzó a hablar de su nuevo amiguito y dijo: "Javier es un bruto. Me lo hace a lo bestia, sobre la alfombra." La rubia respondió: "¿Ah si? Pues conmigo lo hace en la ducha" Durante unos segundo reino un silencio TOTAL. Luego la morena grito "¡Zorra!" La rubia respondió "¡Sucia puta!" y se lanzaron la una a la otra. Chocaron de frente como dos locomotoras sin frenos y cayeron al suelo tirándose de los pelos. Rodaron por la pista, que era de hierba, y la rubia se puso encima de su enemiga, arañándola la cara.

"Te voy a dejar arreglada, bruja" gritó. La morena mordió una pierna de su atormentadora haciéndola chillar y así logro quitársela de encima. A continuación agarro con las dos manos la teta izquierda de la rubia y comenzó a estrujársela y retorcérsela como si fuera una bayeta de fregar, arrancándole parte de la camisa en el proceso. La rubia quedo de espaldas con su adversaria montada encima y esta comenzó a machacarle la cara golpeándola con el canto de sus puños. "Te voy a hacer una cara nueva, cabrona".

La rubia logro agarrarla por el pelo y la descabalgo tirando con fuerza. Sin soltarla, se incorporo y comenzó a correr por la pista, arrastrando a la morena tras de si. Cada vez que la morena intentaba levantarse, recibía un rodillazo en la cara. "Te voy a enseñar a no robarme a mi hombre, pendeja." gritaba la rubia. Mientras tanto, los que estabamos fuera intentábamos entrar y separarlas pero la puerta estaba atrancada y era imposible trepar por la reja. No podíamos hacer nada excepto mirar asombrados aquella carnicería. La morena logro agarrar la pierna de la rubia y la hizo caer.

"Vas a salir de aquí llorando, maldita forra" gritaba mientras le sacaba la zapatilla y el calcetín y la retorcía el pie. La rubia le pateo en la cara con el pie libre y quedaron de rodillas frente a frente. La rubia era un poco mas alta incluso de rodillas y se irguió amenazante acercándose a su rival hasta que sus tetas se rozaban. "PUTA" dijo la rubia escupiendo en la cara a la morena, pero esta no se dejo intimidar y le devolvió el escupitajo gritando "ZORRA". La rubia la arreo una bofetada que sonó como una explosión y que dejo su mano impresa en la cara de la morena. Esta respondió lanzando sus manos agarradas al cuello de la rubia para estrangularla. La rubia contraataco en las abundantes tetas de su rival desgarrando con sus uñas la ropa que las cubría y siguiendo luego con la piel al descubierto.

"Te las arrancaré de cuajo" gritaba. La morena no se amilanó ante esta escalada y subió un peldaño mas en al escala de salvajismo atacando de la misma forma a las tetas de su rival con uñas y dientes. Luego dejo sus mandíbulas firmemente clavadas en el magullado busto de la rubia y ataco con las dos manos su entrepierna. Tras dejarla al descubierto, empezó a arrancar el oscuro vello pubico de aquella rubia. La rubia comenzó a aullar y desesperada agarro la raqueta de tenis y la golpeo en la cabeza. La morena cayo redonda y la rubia se alejo masajeandose su parte dolorida. La morena cogió la otra raqueta y se lanzo sobre la rubia, que la esperaba a pie firme. La morena lanzo un raquetazo a la cabeza de la rubia pero esta se agacho y lo esquivo, lanzando su raqueta contra el estomago de la morena, que cayo doblada en dos. La rubia golpeo la espalda de la morena con tal fuerza que la cabeza de la raqueta se partió. Luego tomo la otra raqueta y siguió vapuleando a su caída rival, pero esta tomo el mango de la raqueta rota y lo uso para aplastar el pie de la rubia. La rubia abrazo a la morena e intento estrujarla.

Los brazos de la morena estaban libres y acepto el desafio abrazándola de la misma forma. Se apretaban la una a la otra como se aprieta un tubo de pasta dentífrica. Sus voluminosas pechugas se aplastaban mutuamente aunque la mayor estatura de la rubia hacia que sus melones, pese a ser mas pequeños, desbordaran a los de la morena y amenazaran con taparla la cara y axfisiarla. La morena respondió mordiéndolos. La rubia hacia lo mismo con sus orejas. De vez en cuando interrumpían los mordiscos para escupirse.

Se pisaban, se arañaban con las uñas de los pies y se asestaban rodillazos mientras sus costillas comenzaban a crujir. La rubia zancadilleo a la morena y cayeron las dos, firmemente entrelazadas. La rubia enlazo sus piernas en torno a la cintura de la morena y comenzó a estrujar con sus cuatro extremidades a la vez. Creí que la rubia, mas grande y mas fuerte, había sentenciado la pelea pero al cabo de unos segundos, la rubia comenzó a chillar y soltó su agarre, intentando apartarse de la morena que continuaba apretando como una tenaza de acero. Comprendí entonces lo que había pasado.

La morena se había salvado gracias a la amortiguación de sus ubres de vaca lechera, mientras que las de la rubia, tapando la cara de la morena, solo habían sido un buen blanco para su dentadura. Sin embargo el asunto no había terminado aun. Cuando la rubia estaba a punto de desmayarse, la morena soltó su presa. Ingenuamente los pocos espectadores de aquella épica pelea de gatas pechugonas, creíamos que la morena se había apiadado de su rival, pero pronto comprendimos su sadismo. La morena continuaba hostigando a la rubia, que intentaba abandonar la pelea. La morena solo pretendía prolongar la lucha. Era estremecedor ver a la gran rubia retroceder asustada de una morenita que media 20 cm. menos que ella; ver el miedo en su cara y el placer en la cara de su dominadora, que jugaba con ella. Entonces la rubia nos miro, como si se hubiera olvidado de los mirones hasta aquel momento. Nos miro y se lanzo contra la morena como un rayo.

¡Antes la muerte que la vergüenza ante extraños! Lo que vino a continuación fue algo demasiado bestial para describirlo. La rubia intento sacarle los ojos a la morena y esta quedo a la defensiva. La rubia procedió a agarrar el pelo de la nuca de la morena y estrellarla la cara contra el poste de la red. La morena le dio un codazo en las costillas y luego rápidamente varios mas. Por cada golpe de la rubia, la morena devolvía dos o tres. La rubia empezó a retroceder. La morena comenzó a burlarse: "Me vas a lamer la conchita igual que lo hace el cuando nos ponemos calientes. ¿Sabes que le gusta arrancarme las braguitas a lo bestia y luego..." La rubia no la dejo decir mas y al grito de "¡Que te jodan!" la ataco como enloquecida solo para recibir una nueva paliza. Tampoco ella ahorraba los golpes y los encajaba como si fuera de ladrillo, pero la morena parecía hecha de piedra, y la piedra es mas fuerte que el ladrillo. Cuando la rubia quedo inmóvil, la morena cogió una toalla de la bolsa y secándose el sudor, se encamino hacia la puerta. Entonces la rubia, que no estaba tan acabada como aparentaba, se levanto y la embistió por detrás, aplastándola contra la valla mientras sus dientes se hundían en su cuello La rubia parecía poseída.

Había tomado la ultima raqueta que quedaba entera y la hundía en la concha de la morena pero esta sonrío, le dio un beso en los labios a su atormentadora y cerrando el puño, lo incrusto en el concha de la rubia. Cuando cayo al suelo la agarro por el pelo de la cabeza y por el pubis, la levanto en vilo y la estrello contra el suelo. Se acabo. Con gruesas palabras la morena exigió que se rindiera. Se neguó y sus uñas comenzaron a torturar los pezones de la rubia. Los brazos de la morena estaban aprisionados por sus rodillas, estaba indefensa y grito de dolor.

Pataleaba pero era inútil. Como se comprenderá, el sufrimiento de la rubia le producía un sádico placera la morena. Entonces para dominarla, la morocha con una mano descubrió su vulva y la apoyó sobre la cara de su enemiga. Los ojos se abrieron desmesuradamente cuando sentió el cosquilleo desagradable de sus negros vellos mojando sus labios. Era el momento sublime, esperado por toda mujer cuando gana una pelea. Tuvo asco y miedo al mismo tiempo. Se dio cuenta que era inútil resistirse y aceptó rendirse.

Con placer dijo: ¡AHORA JAVIER ES TODO MÍO Y GOZARÉ CON ÉL PARA FESTEJAR..! Su promesa fue acompañada con detalles íntimos imposibles de repetir, relacionados con la "vulva victoriosa" de la rival. Las chicas presentes, con risas nerviosas aprobaron las ocurrencias de la morena. sonreía y por largo tiempo disfrutó del humillante momento. Permanecía sentada sobre la garganta y la rubia sentía la tibia humedad de su sexo. Ella advirtió la angustia de su enemiga. Se burló y recordó que le había prometido "dejarla pelada" y otra "denigrante humillación femenina". ¿DÓNDE QUEDARON TUS AMENAZAS..?. Preguntó. Ella no respondió. Para presionar su respuesta, apoyó sus uñas en los ojos y la obligó a reconocerla como la mejor mujer y la mejor amante.

Acto seguido acercó su exuberante monte hasta cubrir su rostro con sus ensortijados pelos. Un frío sudor recorrió su cuerpo cuando vio su ranura vaginal a un centímetro de la nariz y sentí el aroma a hembra de la rival. Entonces se sentó en la cara y se deleitó haciéndole pasar el peor momento de su vida, cuando se canso de que la rubia le lamiera la concha, le dijo prepárate que ahora viene lo mejor, despejo la concha de la boca de su rival vencida, alejándola solo unos centímetros y después de unos segundos la empezó a orinar sobre el rostro, y le dijo "MIRA LO QUE TE HAGO PUTITA MIA" y se reía sin parar, fue algo espectacular ver eso, la pobre rubia solo se dejaba hacer sin oponer resistencia, la baño con su pis toda la cara y parte de sus tetas.

Después, la agarro de la cabeza, saco una tijera y cumplió su promesa, le corto toda la cabellera rubia hasta el último pelo, fue una de las peores humillaciones vistas.

miércoles, 20 de octubre de 2010

RELATO - PELEA ENTRE SEÑORITAS

Pelea entre señoritas

Por: Sandra

Es un error algo generalizado pensar que las riñas femeninas sólo son protagonizadas por mujeres de bajos niveles sociales. No hace mucho, una hermosa dama llamada Erica, rubia (24), de la alta sociedad Argentina, muy celosa desafió por teléfono a una estupenda morocha Roxana (23), de su misma condición para concluir en una pelea entre hembras, la rivalidad que ambas tenían con un importante caballero. El desafío fue aceptado con gran determinación fijándose día, hora y lugar. Las rivales poseían excelentes cuerpos, fruto de agotadoras competencias deportivas y ninguna superaba los 50 kilos. El duelo fue en privado delante de mío y de amigas comunes invitadas para presenciar el evento.

El lugar elegido fue un viejo galpón en un tambo a las afuera de Buenos Aires, propiedad de la familia de una de sus amigas presentes. Una vez enfrentadas, se descalzaron, desnudaron sus pechos en señal de valentía. Para una mayor libertad de movimientos se quitaron las faldas quedando vestidas sólo con sus sintéticas bikinis. Luego de insultarse con el peor vocabulario, prometieron que la vencida "chuparía el sexo de la vencedora" (sic). Las dos eran muy cultas y refinadas, pero las circunstancias de enfrentarse como hembras hacía que se levantaran algunas barreras inhibitorias. Inmediatamente muy furiosas se arrojaron la una sobre la otra. Las acciones fueron salvajes y las dos amantes rodaron abrazadas en un suelo polvoriento mientras se golpeaban y mordían cruelmente. Como es habitual, sus manos buscaban los lugares más dolorosos y favoritos de atacar.

Las prendas que usaban eran muy propicias y varias veces dirigieron sus ataques al sexo de su enemiga con resultados desbastadores. Los gemidos de dolor excitaban a las demás mujeres y yo no cesaba de alentar a mi amiga. Por instantes se separaban para tomar aliento y nuevamente se lanzaban al ataque. En unos de esos momentos, Roxana pudo aplicar una fuerte patada en el estómago de su oponente que colapsó cayendo de rodillas. La desafiante rápidamente fue puesta de espaldas y vencida por una mujer que conocía mejor que ella todos los trucos para ganar. La riña había terminado en 20 minutos. Las adversarias mostraban los estragos ocasionados por las uñas y las dos habían perdido gruesos mechones de cabellos.

Quedé muy ruborizada cuando la ganadora arrodillada, desplazó la entre pierna de su braga y descubrió la exuberancia de su sexo triunfante. Inmediatamente lo apoyó en la boca de Erica. La morena permaneció eufórica sentada sobre el rostro de su rival humillándola a voluntad con su humedad y su aroma. Simultáneamente le hizo notar su superioridad física y sus derechos sobre el codiciado varón. Esto es para que te acuerdes de mi y sepas que soy la mejor...!


Con la mano libre, agarró los cabellos de quien estaba abajo y levantó su cabeza entre sus piernas. Lo hizo con violencia hasta apretar su rosada ranura contra los labios de la vencida. La morocha estaba eufórica por su victoria y comenzó a presionar fuertemente con su sexo la nariz de su víctima hasta que la rubia cabeza apoyó el suelo. La cara de Erica estaba bajo dos gruesos muslos que hacían presión hacia abajo y se estaba asfixiando de manera humillante. Pero lo peor fue cuando con palabras obscenas, le exigió que bese su intimidad a cambio de ser liberada.

¡Una verdadera vergüenza para cualquier mujer... Los puñetazos se sucedieron y la víctima sollozando debió lamer varias veces el clítoris de su odiada rival. Roxana repitia una y otra vez -CHUPA PERRA SUCIA CHUPAMELA BIEN Y DÉJAMELA BIEN LIMPITA PARA QUE TU HOMBRE META SU PIJA..! Y Erika lo afirmaba desde la entre pierna de Roxana "SI ESO HAGO ROXANA, PERO BASTA POR FAVOR"¡Era el final prometido. !. Naturalmente luego de aceptar todas sus caprichosas condiciones fue liberada. El problema quedó resuelto y Roxana se convirtió en la única amante de dicho hombre. Él lamentó no haber presenciado la pelea. Las chicas que presenciamos la riña, comentamos que fue un duelo justo con un tradicional final muy femenino... Para nosotras ya no había dudas sobre quien era la legítima mujer de ese hombre.

sábado, 16 de octubre de 2010

RELATO - ESPOSAS

Esposas

Por: Sandra

La siguiente historia ocurrió el verano pasado y constituye un clásico enfrentamiento deportivo entre dos mujeres casadas para impresionar a sus maridos. Después de cenar con el otro matrimonio invitado hubo una sobremesa donde se habló de deportes y mi amigo sacó algunas fotos de recuerdo. Mi esposa se llama Romina la llamo "mi campeona". Es una estupenda rubia de 29 años y es muy buena nadadora. La mujer de mi amigo ocasionalmente practica natación, pero cuida su físico haciendo gimnasia. Se llama Roxana, es una morocha muy sexy y creo que tiene 31 años. Las dos tenían un peso aproximado a los 50g. y una altura similar. Durante años ellas concurrieron al mismo club deportivo donde habían rivalizado por la natación. Mi mujer siempre la superó en ese deporte y tal vez por ello nunca fueron amigas. En cambio yo había hecho una gran relación comercial con su marido y esa noche celebrábamos un negocio. Seguramente por la influencia de vino la conversación tomó otros rumbos, lo cierto que de pronto las mujeres comenzaron a intercambiar frases irónicas.

Mi amigo que también había bebido demás se le ocurrió preguntarle a mi mujer si se animaba a vencer en una lucha a su esposa. Ella contestó que, para una mujer es muy gratificante demostrar su valor derrotando a otra delante de su hombre. Luego mirando con desprecio a la esposa de mi amigo dijo que "a ésta podría vencerla todas las veces que quisiera". Roxana se le fue encima, apoyó sus pechos sobre los de mi mujer y comenzaron a intercambiar frases picantes tratando de superarse verbalmente. Para mi sorpresa escuché a Roxana decir que hacía años que deseaba golpearla. Romina le respondió de idéntica forma. Finalmente resolvieron enfrentarse en una lucha deportiva para establecer quién era la mejor. Es decir, no sería una riña. Yo quise intervenir, pero mi amigo con un gesto y una sonrisa de picardía me indicó que no lo haga. Seguidamente agregó: "A ellas les encanta competir delante de sus maridos. Si nosotros no estuviéramos aquí, seguramente no habría lucha. Siéntese y disfrute del espectáculo".

Romina tenía razón. Ella misma me había comentado que a muchas mujeres les agrada pelear con una rival para gratificar a sus hombres. Es una suerte de "test de feminidad" donde la vencedora disfruta un placer indescriptible. Vi muy decidida a "mi campeona", confié en su triunfo y decidí abstenerme. Entre todos corrimos las mesas y demás muebles y dejamos un amplio espacio. Luego ellas sin decir nada se quitaron sus vestidos, quedando sólo en prendas íntimas. Lucían cuerpos excelentes. La piel tostada por el sol del verano les daba una mayor belleza y resaltaba la fortaleza de los músculos. Para mi alegría Roxana, desnudo sus pechos y mi mujer la imitó. Quedaron sólo en tangas muy breves donde era imposible ocultar el sexo. Los bustos de las antagonistas eran perfectos. Yo miraba entusiasmado a Roxana y mi amigo a Romina. Ambos fijábamos nuestros ojos en los generosos pechos y en los rosados pezones de ambas. Las antagonistas mostraban con orgullo las prominencias de sus sexos. Abundantes manojos de oscuros vellos asomaban por los bordes de la tela dando un toque muy femenino al enfrentamiento. Fue evidente que trataban de impresionarnos para darse celos mutuamente. Surgía en ellas el espíritu competitivo. Cara a cara y a menos de un metro acordaron que la lucha sólo finalizaría cuando una se rindiese o quedase fuera de combate. A pedido de ellas, nosotros prometimos no interferir durante las acciones.

Las dos mujeres se miraron despectivamente y con vehemencia prometieron humillar a la oponente. Lo hicieron con gruesas palabras que me asombraron. Ellas eran damas cultas y entendí que el especial momento que las embargaba les había levantado sus barreras inhibitorias. Pronto comenzaron a girar agazapadas con sus pechos colgando. Roxana fue más rápida y atrapó a mi mujer con un candado de brazos aplicado al cuello. Estuvieron forcejeando unos instantes gimiendo con sus músculos en tensión, hasta que cayeron sobre la alfombra. Mientras la morena se empeñaba en estrangular con sus brazos a su rival, había apoyado uno de sus pechos sobre la cara de Romina. Mi mujer sacudía sus torneadas piernas para librarse, pero no lograba nada. Era una lucha titánica de músculo contra músculo, donde se veían dos formidables cuerpos de mujeres luchando por la supremacía. Estaban prácticamente desnudas, transpirando. Por el esfuerzo, las minúsculas tangas se habían adherido a las íntimas ranuras mostrando en todo su esplendor las espesas selvas femeninas. Un espectáculo electrizante para cualquier varón. Mi mujer era muy fuerte, pero para mi sorpresa, Roxana estaba resultando ser más hábil y poderosa. Romina no lograba librarse de ella y durante un minuto o más, la morocha estuvo presionando para lograr que se rindiera. Se podían ver las venas hinchadas de mi mujer y escuchar su respiración sofocada. Estaba inmóvil sufriendo y lamenté su derrota en tan breve tiempo. Fue en ese instante que Romina pudo morder el busto que tenía apoyado sobre su mejilla. La morocha gritó y aflojó la tenaza de brazos. De inmediato comenzaron a rodar tomadas de los cabellos. Lancé una exclamación cuando mi mujer pudo sentarse sobre los pechos de su adversaria y apoyó su sexo en el mentón de Roxana. La tanga era insuficiente para cubrir su exuberancia y los vellos acariciaban sus mejillas. La morocha trató de salir de esa humillante situación. Pero "mi campeona" había sujetado sus brazos con las rodillas. Roxana abrió desmesuradamente sus ojos cuando vio la vulva enemiga a escasos milímetros. Gotas de transpiración rodaban por entre los muslos de Romina y mojaban la cara de su rival. Era la humillación prometida y pensé que era el final. Pero Roxana logró desmontarla y comenzaron a rodar agarradas de los cabellos. Jadeaban y se insultaban. Para ese momento las dos transpiraban copiosamente y se apreciaba un particular olor a almizcle que emanaba de sus cuerpos. Las acciones y ese aroma nos excitó sobremanera. Era una auténtica lucha de hembras y había fuego en sus ojos cuando se atacaban. Ninguna quería ser derrotada delante de su hombre y la lucha dejó de ser deportiva. Las dos eran muy fuertes y durante minutos se aplicaron llaves dolorosas tratando de dominarse. Fue inevitable que recurrieran a los tradicionales ataques femeninos. Las vulvas y pechos desnudos que exponían libremente, fueron los objetivos más buscados. Chillando y con insultos se agredieron en los lugares más delicados. Fue la parte más animada de las acciones. En ese duelo, mi esposa llevó la mejor parte y le produjo a Roxana un considerable dolor que la debilitó.

Mi mujer aprovechó su ventaja y pudo acostarse "pecho contra pecho" sobre su aporreada antagonista. Parecía que en instantes todo terminaría. En ese momento Romina sujetó fuertemente los cabellos de la morocha

y se deslizó hacia delante. Luego apoyó uno de sus pechos sobre la boca de su enemiga y le exigió que bese sus pezones. "Mi campeona" se consideraba vencedora y estaba fascinada. Los pechos de ella caían como racimos sobre la cara de su oponente. Era una humillación imperdonable y me alegré por el significado que ello tiene. Pero Roxana no estaba acabada, sólo estaba recuperando energías dejando que Romina estuviese encima. Ella también agarró los rubios cabellos de mi mujer. Había un gran empeño por ganar y comenzaron una vez más a rodar furiosamente por la alfombra. Romina volvió a tener suerte y pudo aplicar una "tijera de piernas" sobre la cintura de la morena y comenzó a ejercer presión. La mujer de mi amigo comenzó a gemir y la tortura se mantuvo un considerable tiempo. La animé excitado: ¡Termina con ella campeona..! Dije a mi mujer y ella le exigió la rendición.

(ROMINA)_¿TE RINDES O SEGUIMOS..?

(ROXANA)_ME RINDO..SOLTAME..

(ROMINA)_YA SABES. SI QUERES PODES RECIBIR UNA PALIZA MAYOR.

(ROXANA)_NO POR FAVOR ROMI.

(ROMINA)_¿QUIÉN ES LA MEJOR HEMBRA..?

(ROXANA)_TU ROMINA ERES LA MEJOR HEMBRA...(sollozando)

(ROMINA)_¿QUIERES UNA REVANCHA..?

(ROXANA)_ NO

Durante años esperé este momento para demostrarte que soy la mejor.!!. Seguidamente se sentó en su cara, descubrió su sexo y la humilló intensamente con su humedad. Yo sabía que algunas peleas de mujeres terminaban de esa manera, quedé alucinado y no atiné a hacer nada. Algo parecido le ocurrió a mi amigo, aunque el estaba mal por su esposa. Romina estaba invadida por una descontrolada euforia y se deleitaba por lo que hacía. Recordé el placer que siente la que gana el "test" y durante no menos de 5 minutos le hizo pagar muy caro su derrota. Su mujer sufrió un shock y quedó desvanecida, sólo así la vencedora se levantó airosa. Dudó un instante, pero luego sonriendo de un tirón le arrancó la tanga. Roxana había quedado de espalda con sus brazos abiertos y su cabellera morocha toda revuelta desparramada en el suelo. Su cuerpo desnudo le daba una apariencia exótica a su derrota. Romina me miró muy contenta y le dijo a mi amigo. "Te devuelvo a tu morochita.." Seguidamente me pidió que la fotografíe junto a su víctima. Acomodó su tanga, arregló sus cabellos y posó con sus brazos en alto.

SPFN007 WHITE SILVER VS BLACK DIAMOND


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Interesante pelea interracial entre la joven de 19 años y recien llegada Black Diamond contra nuestra experimentada White Silver de 40 años. En el mes de octubre y una vez Black Diamond tenga algo mas de experiencia, realizaremos otro combate entre estas luchadoras.


SPF007 PILAR VS FATIMA


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MAGNIFICA PELEA INTERRACIAL ENTRE PILAR DE 19 AÑOS CONTRA FATIMA DE 22

jueves, 14 de octubre de 2010

RELATO - ENFRENTAMIENTO

Enfrentamiento

Por: Sandra

Romina vs. Roxana,

Soy mujer y en ciertas ocasiones vi feroces riñas femeninas. En ellas siembre había un variado público de ambos sexos que las alentaban hasta que irremediablemente una de ellas era derrotada. Pero en la más dramática que presencié, no hubo varones testigos. Ocurrió próximo a una importante ciudad balnearia de la costa Atlántica de Argentina, entre dos mujeres que casualmente veraneaban en una misma playa y se conocían de tiempo atrás. Mi amiga Romi, rubia (29), era la secretaria privada de un importante hombre de negocios. Corría el mes de enero de 1997 y un día, ella con otras amigas, alquilamos una casa de veraneo con vista al mar.

La casualidad hizo que nuestro grupo se encontrara una noche en la playa con la esposa del jefe de ella. Los hechos ocurrieron cuando mi amiga romina, fue increpada duramente por Roxana, morocha (31), que la acusó de intentar "robarle" su marido. Aunque eran amantes con su jefe, romina lo negó en todo momento y quiso evitar una confrontación. Pero la mujer casada la abofeteó y la desafió a pelear en presencia de nosotras. Roja de ira mi amiga fue forzada a aceptar el duelo. La morocha era muy celosa y prometió darle una humillante paliza a la rubia para que dejara en paz a su esposo. Con esa pelea también quería dar un mensaje de advertencia a las demás solteras para que se mantengan alejadas de su hombre. romina respondió que la dejaría "pelada" y se arrepentiría de haberla desafiado. Entonces ambas se citaron en una playa solitaria con abundancia de dunas que ocultaban la vista. La casada se batiría para lavar su honor y Romina por su prestigio.

En el lugar elegido era un alejado médano que asemejaba una especie de olla rodeada de altas paredes de arena. Era media noche y sólo estaban presentes las mujeres que habíamos presenciado la discusión, unas 5 en total. Todas eran partidarias de ese duelo para lavar las ofensas y establecer supremacías. Sus preferencias estaban divididas; unas apoyaban a Romina y otras a Roxana. Naturalmente yo era partidaria del triunfo de mi amiga romi. A modo de valentía las protagonistas desnudaron sus pechos y sólo conservaron la parte inferior de las minúsculas bikinis. Luego acomodaron sus cabellos para el combate mientras se miraban con expectativa y odio. Las dos eran muy hermosas, con excelentes físicos y ninguna superaba los 50 kilos. La hoya de arena era bien grande, tal vez unos 10 metros de diámetro.

El público femenino había hecho una ronda y en el centro se encontraban las dos rivales prácticamente desnudas con las manos en sus cinturas estudiándose mutuamente. Recuerdo que había luna llena y la iluminación del lugar era aceptable. Ello permitió observar una extraña fascinación en el brillo de los ojos de esas dos mujeres por competir y demostrar quien era la mejor. Las dos eran muy hembras, deseaban esa pelea y la escena asemejaba a un clásico duelo entre amazonas guerreras. Roxana estaba muy furiosa, insultó a su rival y aseguró que se haría lamer su sexo por la rubia para contárselo a su esposo.

La mujer casada era profesora de gimnasia, pero en esas ocasiones las damas suelen levantar las barreras inhibitorias. Romi enrojeció y la empujó valientemente con sus pechos hasta que se trenzaron en una feroz lucha de gatas salvajes. Yo y ninguna de las demás mujeres que las alentaban nunca vieron nada tan feroz. Todo estaba permitido para ganar y fácil es imaginar que la delgada tela de las bikinis no las protegía. Entonces, los pechos y el sexo de las rivales fueron los objetivos preferidos de los ataques. Las uñas parecían afiladas navajas en un duelo para herir definitivamente las partes más íntimas. Era claro que de esa manera intentaban arruinarle a la otra su vida sexual. Gruesos mechones de cabellos y de vellos íntimos fueron arrancados de sus raíces, mientras dientes y uñas dejaban marcas sangrantes en los pechos de las combatientes. Gritos de dolor, insultos y gemidos retumbaban en el lugar. Los daños eran mutuos. Pero la mujer casada era muy fuerte, había ensangrentado a puñetazos el rostro romina y estaba ganando.

El fin de mi amiga parecía cercano. Roxana había puesto de espaldas a la joven rubia y se aprestaba a sentarse en su cara para hacerle pagar muy cara su osadía. Cuando romina, le arrojó a sus ojos un puñado de arena. La mujer casada quedó cegada por algunos segundos y debió soltar a su oponente, ello fue suficiente.

La rubia le golpeó los pechos con una precisa combinación de puñetazos que la paralizaron de dolor. Ahora romina se había montado sobre la morocha y la estaba dominando. Para derrotarla por completo, con dinamismo su mano derecha se abrió paso entre las piernas de su adversaria venciendo cualquier resistencia. Rápidamente su dedo índice desplazó la liviana tela y encontró la ranura vaginal introduciendo su uña en forma despiadada. La mujer casada lanzó un aullido de dolor y quedó inmediatamente fuera de combate en posición fetal. Romi, se levantó triunfante, apoyó un pie sobre la cara de su enemiga derrotada y con enérgicas palabras le hizo notar su superioridad física de "hembra vencedora".

Para mayor humillación reconoció haber sido amante de su marido y gozado intensamente con él. Roxana comenzó a sollozar. Era visible el sufrimiento físico y moral de la mujer casada. Pero desde el suelo movía la cabeza en forma negativa cuando romina le pedía que acepte su derrota. Entonces para que no quedaran dudas sobre su victoria, la rubia le marcó con sus uñas la cara como recuerdo imborrable de quien lo había hecho. Roxana quedó sumergida en una crisis de llanto. El duelo había terminado y mientras mi amiga se retiraba airosa, entre las demás ayudamos a la víctima a concurrir a un hospital.

lunes, 11 de octubre de 2010

RELATO - CATFIGHT

Catfight

Autor: anónimo

Mi admiración por Ariana venia desde hace mucho tiempo atrás, muchos la confundía con envidia basándose en que ella es tan bonita pero no, mi admiración por Ariana es tan solo amistad.


Es verdad que ella tiene una casa mas linda que nosotros y que no parecemos de la misma edad, ella rubia, con un cabello que casi alcanza su cintura y yo castaña, y desde no se cuanto utilizo este corte estilo militar. Mi nombre es Roció, soy delgada o mas bien menudita como dicen acá por Sinaloa, tengo 16 años y dicen mis tías que aparento 13 cuando mucho, voy al colegio de Bachilleres de Sinaloa numero 25, el que esta en la Campiña y en verdad, mi mejor deporte es el haberme convertido en la amiga de Ariana, así me llaman todos, la amiga de Ariana.


Fue en la prepa donde todo sucedió, a diferencia mía, Fernanda si sentía un odio por Ariana y ella si manifestaba su envidia, Fernanda era sin duda la mas alta del salón, la mas fuerte también, jugaba basket con los muchachos, solía ganarles, les hablaba con groserías como ellos lo hacen, pero muy contrario a lo que todos pensaban de ella, a ella le gustaba Miguel.


Ahora Miguel, un buchon que frecuentaba la prepa para cazar pollitas, llegaba patinando su pickup en la puerta, esperando que ellas mismas se acercaran con el, no era feo, al contrario, era del tipo campirano, un bronco como llamamos por acá, pero el negocio de su papá lo hacia llevar siempre dinero en la cartera, buena ropa y éxito con las viejas, incluyendo a Fernanda y Ariana.


Aun tengo mis dudas de lo que Roció sentía por el, ella podía tener a quien quisiera, podía hacerlos rogarles a sus pies y como no, era casi tan alta como Fernanda, media uno setenta y tres, como dije antes , su cabello lacio y rubio llegaba hasta su cintura, sus piernas eran perfectas, sin un solo bello mas que de color dorado, su sonrisa, sus verdes ojos y además de todo un busto de una mujer de 23 años, era una niña de 16 que hacia voltear por la calle a todos los hombres a su encuentro, era mi amiga Roció.


Ese día y como todos los días las tres llevábamos el uniforme del Cobaes, y las tres lo llevamos de forma distinta, Fernanda usaba el de los hombres, una camiseta con el logo al frente, siempre desalineada , siempre sucia, su falda a cuadros tipo príncipe de Gales llegaba hasta sus rodillas, es verdad, era la falda mas larga de toda la preparatoria pero de que me burlo yo, si convencía a mi mamá de llevar tela a la costurera para que me hiciera estos pantalones, nunca quise llevar falda, así que me hicieron dos pantalones de patoles para la escuela, de hecho, soy la única mujer que los lleva, y con mi corte de cabello y lo pequeñita que soy algunas veces me confunden con un niñillo, ja, el caso de Roció es otro, ella es una Barbie que provoca con enjuagues los hermosos rizos en sus cabellos, por uniforme lleva una blusa tipo polo color negro, con el logotipo en verde siempre impecable, su falda es solo un pedacito de tela que permite ver a cada paso la delicadeza de sus muslos y que también le evita esconder los colores pastel de su diminuta ropa interior, no usa calcetines, pareciera extender mas aun la longitud de sus piernas, siempre sonríe la princesa, siempre sonreía la princesa.


Se escuchó llegar la camioneta de Miguel, el rechinido de las llantas, la música de corridos en el estereo a todo volumen, nos asomamos a la ventana del salón y si, era Miguel, faltaban cinco minutos para terminar con Física y con eso terminar el día.


—Es todo , pueden marcharse— Dijo el maestro.


Salimos corriendo del aula y parecía que todas íbamos hasta el carro de Miguel, pasamos por la tiendita por el laboratorio, por la puerta y ahí justo en la ventana el nos dijo:


—Ariana, quieres que las lleve a algún lado—


—No— contesto mi amiga, siguiendo con su dulce caminar, fue así como Fernanda se entero que Miguel nunca seria suyo, que la morra que mas odiaba lo podía dejar ahí tirado con un solo no, y a ella ni siquiera la voltearía a ver, nadie le hacia caso y sin embargo ella odio a Ariana mas que a nada en el mundo y decidió vengarse, Miguel arranco su camioneta y se fue encabronado de ahí.


Fernanda corrió a su vieja camioneta azul y después de arrancarla subió a cuatro de sus machorronas amigas


—vamos a madrearnos a la Ariana, me la debe desde hace tiempo— Cosa que escucho toda la escuela y a pie corrieron a ver.


La camioneta se nos cerro a las dos, estábamos justo en medio de la calle y un circulo de estudiantes uniformados nos rodeaban, eran como cien que gritando me hicieron sentir pavor de lo que podría pasar, fue entonces cuando volteé a ver a mi amiga, tranquila, seguía sonriendo, parecía que a Ariana nada le importaba mas que no perder el porte.


—Te va a llevar la chingada guera de rancho, te voy a coger a madrazos—


Seguimos caminado hasta que al mismos tiempo nos detuvieron, entre dos de ellas me subieron cargando a la caja de la pickup y las otras dos se fueron sobre mi amiga, Fernanda estaba desesperada por pegarnos, era tanta su furia que vi como antes golpeo la camioneta tres veces con su mano derecha, se que le dolió.


—Puta de mierda, vas a aprender a la mala—


Tomó del cabello a Ariana y como una polea la aventó tres metros de ahí, la guera cayo al suelo queriéndose levantar de inmediato, Fernanda la tomó de nuevo del cabello hasta hacerla pararse y así de nuevo jalarla del pelo por la mitad de la calle.


—Suéltame pendeja, suéltame que me duele—


Toda la borregada estaba feliz, querían que la matara, pedían sangre de la que fuera y cualquier grito de Ariana se perdía entre tanta risa, de nuevo en el suelo, su rodilla tenia un raspón, fue ahí cuando me di cuenta que el semblante le había cambiado, ella estaba igual de asustada que yo y tal vez fue eso lo que le dio fuerzas para atreverse.


Al acercarse Fernanda de nuevo, los papeles cambiaron, fue Ariana quien de un brinco alcanzo los cabellos de Fernanda, tomándolos con tal saña que parecía le arrancaría la cabeza, ahora Ariana la tiro al suelo, se sentó encima de ella y sin mas ni mas de un tirón le arranco la blusa en dos trozos.


—WOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOW— Era el grito de la muchedumbre.


Ariana aventó la blusa a la muchedumbre y alzo los brazos en son de victoria. Tres de las amigas de Fernanda corrieron contra ella, la tomaron de brazos y piernas y la subieron a mi lado. La otra se levanto sin importar nada, sin importar que la vieran sin camiseta y subió a la caja de la camioneta, "PUM PUM" dos madrazos en la panza de mi amiga, no fueron suficiente lección.


La bola de mirones se acercaba como hormigas en hormiguero a la camioneta, nadie veía nada, solo se veían varias manos sobre Ariana, jalando pedazos de tela una y otra vez, nadie veía nada hasta que Fernanda se levanto y de un nuevo jalón levantó a Ariana, no había mas que un pedacito de blusa sobre sus hombros, la falda ya no estaba, ni siquiera un pedacito de la tela había quedado.


—Tubo Tubo!!!! — gritaban los de la bola


Ahora Ariana dejaba ver sus nalgas, tenia una tanguita color verde pastel, de adelante un moñito adornaba el pequeño triangulito mientras que por atrás preemitió que la escuela entera conociera la palidez de sus pompis. Arriba tenia un Bra del mismo color, un pushup que le daba mas tamaño a sus espectaculares tetas, se veía preciosa y rojiza, el color de su piel llegaba por la vergüenza.


Una de las viejas arranco la camioneta escapándose de la muchedumbre de mirones, caminamos a lo mucho tres cuadras cuando Fernanda detuvo la camioneta, saco unas tijeras de la cabina y regreso a la caja.


—Apenas comienza el dolor golfa, vas a pagarme lo que me hiciste con la mas grande vergüenza de tu vida—


¿qué podría ser peor?, la saco en calzones ante toda la escuela, no se que podría ser peor que eso, además el miedo no me dejaba ver mas allá de eso.
Tomo el cabello de Ariana y de un solo corte se quedo con toda la rubia cola de caballo de su enemiga, siguió cortando, tijerazos a lo loco que dejaban cada vez mas pelona a la princesa


—Yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, por favor yaaaa detente! — pedía Ariana.


Y nada, no se detuvo hasta raparla con un rastrillo por completo, no dejo ni un pelo en su cabeza, ella lloraba tomando del suelo lo que quedaba de sus greñas. Así, la llevo ante un espejo y ahí, Fernanda se burlo de ella.


—Te quiero ver mañana en la escuela guera, jajajajajaja guera—


Después, soltó el Bra de un solo tijerazo, brincaron ante todas un par de tetas enormes, blancas como la leche, con un pezón rosa precioso. Ella solo veía su cabeza, olvido que solo la vestía una tanga pequeñita. La tomo con ambas manos, bajo la tanga enrollándola entre los muslos de la guera y al quedar al descubierto su vagina le dijo a sus amigas


—Deténgame a la puta bien, que todavía no termino con ella—


Delicadamente puso el mismo rastrillo con el que la rapo en su pucho y después de escupirle y sin importar sus gritos, resbalo la navaja por su panocha dejándola color piel, no dejo ni un pendejo ahí, y Ariana no paraba de llorar. Cuando la soltaron subió la tanga con dificultades por como se había enredado, ahora la tenia puesta y hecha bola entre sus nalgas.


La camioneta volvió a arrancar y esta vez tomo rumbo de regreso a la escuela.


—EEEEEEEEEEEEEEEEHHHHHHHHH! —GRITO EL PUBLICO AL VERNOS.


Nos rodearon de nuevo y fue Fernanda quien nos bajo de ahí, le dio una nalgada y arranco la tanga de un tirón, en medio de una muchedumbre estaba Ariana totalmente desnuda. Todos le metían mano, todos, eran mas de mil manos que no dejaban escuchar los llantos de mi amiga. A mi me bajaron después, me rompieron el ziper del pantalón a jalones y aun cuando no paso de mis muslos solo termine en calzones ahí.


Se fueron todos por fin, cubrí a mi amiga con pedazos de tela, subimos a un taxi con rumbo a casa de mi tía Aidé, ella sabría que decirnos, encestábamos una amiga mas.

miércoles, 6 de octubre de 2010

RELATO - TODO EMPEZO CON EL JUDO (I)

Todo empezó con el judo I

Autor: Rocio

El Gimnasio:

El relato que sigue es absolutamente real, no hay exageración alguna y comenzó en el verano de 1990 cuando tenía 21 años. Vivo en Buenos Aires, me llamo Mabel, y actualmente tengo 31 años. Tez blanca, ojos café y pelo negro largo semi ondulado. Mido 1.73 mts. y peso alrededor de 64 kilos. Mi cuerpo es firme y mis medidas aproximadas son 95-65-96. Mi espíritu inquieto siempre me llevó a los deportes de acción y un día decidí aprender Judo. Fue entonces que di con un gimnasio más bien pequeño dedicado a las artes marciales en donde una vez por semana se dictaban clases para un grupo de no más de 10 mujeres.
Comencé allí desde un nivel inicial junto a otras 2 chicas con las cuales me alternaba para
realizar la practica de las tomas. Allí estaba Mariel, una mujer muy atractiva de 32 años con físico excelente. Ambas teníamos unos 60 kilos, pero ella estaba mucho más avanzada que yo, por lo que pocas veces nos tocaba hacer pareja. Yo me sentía muy atraída hacia ella desde el comienzo y mucho más aún cuando me enteré por los rumores del lugar que era lesbiana. Un día de intensa lluvia acudí como todos los jueves al gimnasio y grande
fue mi sorpresa al saber que solo éramos 4 chicas para tomar la clase, y habiendo faltado también el profesor decidimos practicar lo aprendido para no perder la clase. En el vestuario antes de acudir al gimnasio, mientras nos cambiábamos noté a Mariel observándome. Yo estaba desnuda y sin dudarlo me puse de espaldas a ella dejando que me vea a gusto mientras me agachaba lentamente para sacarme el pantalón. Sentí sus ojos sobre mi espalda y fue entonces cuando me di cuenta que ella estaba interesada en mí. Una vez en el gimnasio se me acercó y me ofreció ser mi pareja de práctica a lo cual acepte con una sonrisa seductora y cómplice. Comenzamos a precalentar y ya en la parte de las tomas sentía su cuerpo rozándome
y mientras jalaba abruptamente de mi chaqueta con el fin de derribarme, y oponiendo esistencia me excité a morir. Sentía ganas de besarla pero la presencia de mis otras ompañeras me detuvo. Cada vez que lograba derribarme, se quedaba tendida sobre mí imposibilitándome moverme y al oído me gemía suavemente con una mezcla de esfuerzo y placer. Pocas veces logre hacerla tocar la colchoneta con la espalda y cuando lo hacía se escapaba hábilmente, impidiéndome sentir su cuerpo. Las otras chicas se retiraron luego de ejercitar y sólo quedamos ella y yo. Sentí que ese era el momento de la verdad y fue entonces que
la desafíe a un combate, aún sabiendo que sería rápidamente derrotada. En una de las tomas me
derribó instantáneamente y cuando me tenía en el piso totalmente bloqueada, en el forcejeo
introdujo su mano por dentro de mi chaqueta y me presionó un pecho con fuerza. Más allá de
quejarme, gemí por el placer recibido y se apartó pidiendo disculpas por la maniobra antirreglamentaria. Aunque yo hubiese deseado que continuara, hice la vista a un lado y la disculpé.
Estábamos muy agitadas y luego de unos minutos, casi milagrosamente la derribé dejándola boca
abajo, al intentar hacerla girar, pasé mi brazo por entre sus piernas y apreté rozando su sexo y aunque percibí el placer provocado, me aparté y continuamos el combate. Ella era muy hábil y en minutos más me venció. Me retiré aceptando mi derrota y nos fuimos al vestuario. Todo lo ocurrido allí se escurrió, ya que en las duchas no intercambiamos palabra, ella se vistió rápidamente y se retiró saludándome muy fríamente. Quedé confundida y algo desilusionada ya que esperaba otra reacción de su parte. Pasaron las semanas y sólo nos cambiábamos un hola tímido. Yo me dedicaba a progresar como otras principiantes y ella seguía en su nivel y con adversarias mejores. Fue entonces que el profesor nos hizo la
propuesta de realizar un pequeño torneo con chicas de otro club y al aceptar, acordamos
realizarlo a un mes de esa fecha. Yo aprovechaba cada rato disponible para ejercitar. Siempre me gustó pelear con otra mujer y realmente estaba muy entusiasmada. Fue entonces cuando Mariel me ofreció ayudarme en la práctica para perfeccionar mi técnica en su casa de fin de semana. Me agradó la idea y acepté de buena gana.
A solas en esa casa:
Acordamos encontrarnos un sábado muy temprano en un bar. Luego de tomar un café nos subimos a su auto y nos fuimos a la localidad de Don Torcuato, muy cerca de Buenos Aires. En ese lugar ella tenía una hermosa casa de fin de semana, construida con paredes muy altas con total privacidad. Estábamos solas y me propuso tomar un poco de sol y disfrutar de la pileta, aceptando me puse una bikini super diminuta y me acomodé al sol. Ella hizo lo mismo y se exhibió en una tanga espectacular donde no era posible disimular su sexo y un sostén que apenas tapaba sus duros pezones. Allí conversamos de todo un poco y me confirmó que estaba en pareja con una mujer a la que quería mucho y me preguntó si me molestaba tener una amiga lesbiana, a lo que respondí que no me afectaba sino que por el contrario, me atraían
ya que le confesé a ella mi bisexualidad. Algo sorprendida por mi sinceridad sólo hizo un largo silencio y mientras se acomodaba en la reposera, se despojó la parte superior de la malla. Dejó a la vista un busto hermoso, firme y medianamente grande. Yo me tiré a la pileta para aplacar la temperatura y mientras nadaba sentí a mis espaldas el ruido en el agua cuando ella se arrojó saliendo detrás de mí. Yo me quedé quieta flotando en posición vertical y cerré mis ojos cuando percibí sus manos rodeando mi cintura, sus piernas rozando las mías y su boca paseando por mi cuello. Giré hacia ella y nos ofrecimos un beso apasionado y esperado por ambas, acto seguido comencé a acariciar sus hermosos pechos. En ese
momento ella me detuvo abruptamente, argumentando que estaba muy enamorada de su pareja y que no le había sido infiel antes. Pese a mi disgusto comprendí la situación planteada y me fui al borde dispuesta a salir del agua, cuando ella me preguntó si me había ofendido a lo que respondí que no, que la entendía y que aunque me gustaba y excitaba mucho, jamás haría nada para hacerla sentir mal. Salí del agua y desde la pileta me dijo que a ella le ocurría lo mismo conmigo y que esa vez en el gimnasio tenía ganas de comerme a besos, pero su fidelidad la detuvo. Por ello su repentino apartamiento de mí. Asentí con la cabeza y sólo exclamé "otra vez será, quién sabe las vueltas que da la vida". Lo sucedido fue suficiente para enfriar el ambiente y aunque yo intentaba ocultarlo, me comportaba desinteresada y esquiva.
El Combate deseado:
Mariel para cortar ese espeso momento sugirió practicar las tomas de judo, ya que ese fue el
motivo del encuentro. Luego de aceptar y debido al intenso calor del medio día, sólo nos pusimos las chaquetas y los cinturones encima del bikini. En un sector de pasto mullido y plano mi amiga colocó una lona amplia que nos serviría como superficie. Luego de explicarme lentamente algunos secretos de cada toma básica, nuevamente se rozaron nuestros cuerpos calientes por el sol. Volvía a sentirse en ambas una fuerte excitación esta vez reprimida y controlada. Aunque el mal humor que tenía encima me provocaba explotar, aguanté la presión y mantuve la calma. Varios minutos después las tomas eran más precisas y más fuertes, que sumadas a las ganas que nos teníamos, resultó inevitable el desenlace. De pronto en una de las tomas, me bloqueó las piernas derribándome con facilidad dejando caer todo el peso de su
cuerpo encima de mí. La caída me causó dolor y fui rápidamente puesta de espaldas contra la
lona. Ella ya fuera de las reglas me atrapó los brazos mientras se acomodaba apoyando todo su
cuerpo sobre el mío. Me había inmovilizado totalmente y desde esa posición frotaba sus pechos sobre los míos, al mismo tiempo con su rodilla buscó mi entrepierna clavándola suavemente en mi vulva, sin golpearme pero con firmeza. Si Mariel hubiera querido, un golpe más fuerte con esa rodilla y todo habría terminado para mí. A esa altura las chaquetas estaban abiertas haciéndome sentir su piel ardiente. Sentía su aliento y su perfume en mi cara, mientras me animaba a liberarme. Varios intentos que hice fracasaron logrando recibir más firmeza de su parte e irritándome aún más, hasta que en un descuido de ella, logré apartarla a un costado.

lunes, 4 de octubre de 2010

RELATO - AUTENTICA DOMINACION FEMENINA

AUTENTICA DOMINACION FEMENINA

Anónimo

Hola a todos mi nombre es Hans, y soy un amante empedernido del catfighting, mi hembra Raquel es una mujer impactante de 1.85, cabello negro largo que llega a su cintura, ojos café grandes nariz perfilada, y facciones chicanas (es puertorriqueña), a sus 22 años tiene un par de tetas grandes y firmes que parecen dos melones y apuntan siempre al frente cuando están sin sostén, tiene un par de nalgas grandes y firmes sin rastro de celulitis y unas piernas espectaculares, no en balde es instructora de aeróbic en un spa.

Esta hembra esta riquísima y lo sabe por eso es sumamente orgullosa y pedante, tanto que han sido muchos los malos ratos que me ha hecho pasar con conocidos a los cuales trata muy mal, es extremadamente celosa cosa que se intensifica por su carácter prepotente, con ella es una constante lucha por no dejarme dominar, pero todo eso es aceptable pues el sexo con ella es fantástico. Para darles una idea de lo celosa que es, y el por qué me gusta tanto hace como seis meses, me encontró con una puta que mis amigos de la oficina habían contratado para que me celebrara un ascenso, ella llegó de sorpresa en medio de la fiesta, y los desgraciados de mis compañeros la guiaron a la oficina donde aquella mujer pelirroja, de 1.80 y con una contextura similar a la de Raquel, me estaba dando una mamada de verga con todas las de la ley, cuando sin mediar palabra Raquel la aparto de mi miembro tomándola de las greñas y dándole una fuerte bofetada, la pelirroja cayó al suelo, Raquel le gritó "pedazo de perra largate antes de que te enseñe a respetar las vergas ajenas"

La pelirroja estaba roja de rabia y se le fue encima, Raquel la recibió con un fuerte rodillazo en su estomago y la dejó tendida sobre el suelo, todos quedamos atónitos ante la rapidez con que venció a aquella mujer de la calle la cual debía tener, como todas las de su profesión, bastante experiencia en riñas, pero lo que más nos asombró fue la aptitud de Raquel, que luego de vencerla le dijo de manera bastante pedante "ahora pedazo de basura voy a darte una lección para que aprendas a respetar la verga de una hembra de verdad; vas a servirme a mi y deberás ver como mi hombre se coge a una verdadera hembra puta, y luego deberás tragar el semen de todos estos cabrones de mierda o si no te desgracio tu oficio"

Todo esto lo decía mientras se colocaba sobre la cara de la chica y con una uña amenazaba la vagina de la chica, esta al ver la cara tan agresiva de Raquel no tuvo más remedio que aceptar, y así después de mamar la deliciosa raja de mi hembra y tragarse todo el jugo de su concha (aunada a una pequeña meadita como ella me confesó luego), la obligó a mamar la verga de los 5 hombres que allí habían presenciado asombrados aquel espectáculo, la pobre estaba que se vomitaba, pero Raquel no tuvo compasión, luego de eso la obligó a ver como me la follaba y al final la corrió desnuda a la calle.

Después de ese día se ganó una reputación de fiera en la oficina, todas las mujeres que se enteraron del cuento la respetaban, y no se atrevían si quiera a acercarse a mi, todo esto me había dejado muy excitado, y me hubiera gustado una pelea con más acción, en fin, esta historia es la introducción para lo que en realidad deseo relatar y que sucedió hace una semana y que para mi fue un regalo del cielo.

Un mes después de este hecho, me asignaron una nueva secretaria, de nombre Zara, es una hembra rubia de 28 años, su cabellera le llega hasta los hombros, con un par de tetas impresionantes, del mismo tamaño que las de Raquel, de 1.80 cms de estatura un porte bastante atlético, un culo pequeño pero redondito, ojos verdes intensos y un aura bastante autoritaria, que contrastaba con su rostro de niña traviesa, desde el primer momento comenzó a coquetearme, incluso pidió traslado a mi departamento, cosa que me extrañó pues esta mujer lo más seguro es que estuviera al tanto de la reputación de Raquel, en fin una noche que nos qued

amos arreglando una presentación para el día siguiente.

Esta hembra hizo su jugada, entro en mi oficina vestida solamente con unas medias con ligueros negros y unos zapatos de altísimos tacones, allí me di cuenta de lo buena que estaba, sus tetas en verdad no debían envidiar nada a las de Raquel, incluso se veían más deliciosas con esos rosados pezones, su coño estaba afeitadito rapado totalmente y debo decirles amigos que tenia el culo más enorme y atractivo que había visto en mis 30 años de vida, se acercó a mi y dijo "jefecito, ¿por qué no me da una bienvenida con todas las de la ley?"

Por un segundo pensé en advertirle a lo que se arriesgaba, pero no quise arriesgarme a que se arrepintiera, así que la tomé de la cintura y comencé a besar su rica boca con labios que parecían hechos para mamar verga, comencé a bajar por su cuello para deleitarme con esas ricas tetotas, mientras mis dedos jugaban en ese enorme pozo de placer que era su vagina, su clítoris creció y me impactó el tamaño, esta hembra parecía hermafrodita, no aguanté más y comencé a mamar esa rajota, la hembra comenzó a gemir como loca y decía "siiii, siiii, mama esa concha, mama la concha de una hembra de verdad no como esa perra que te coges en casa", eso me impactó y me excitó más, el como profería palabras de desprecio hacia Raquel, llamándola perra, cerda y pobre vaca de mierda.

No dije nada, pero en mi mente comencé a imaginar un enfrentamiento entre esas dos leonas y esa imagen me ayudo a tener la erección más intensa de mi vida "ahora mama esta verga perra" le dije mientras sacaba mi miembro "la perra de mi casa como la llamas la mama muy bien, no conozco una mejor, ¿crees que puedas igualarla puta?" continué, estas palabras encendieron a Zara que me repicó "¿como te atreves?, esa pobre burra no se me compara, ahora sabrás que es una verdadera mamada de pija" y comenzó, debo admitir que la zorra sí sabia mamar, se metía mis 15 cms hasta las bolas, y me hizo acabar en minutos tragando toda la leche, mientras esto pasaba no olvidaba la imagen de esas hembras peleando y eso ayudó a Zara que con un delicioso beso negro hizo que mi verga no bajara, y pudiera darle una segunda ración seguida de la eyaculación.

Comencé a coger esa concha como si nunca antes hubiera tirado, Zara continuaba insultando a Raquel y yo seguía fantaseando esa lucha, luego de 10 minutos, la volteé y comencé a coger ese culo que estaba empapado de los jugos que brotaban del chocho de Zara a la que le perdí la cuenta de los orgasmos que tuvo, estaba como poseída, cuando le metí mi verga en el culo pegó un alarido que me hizo agradecer que estuviéramos solos en la oficina, y fue allí en su culo que terminé de vaciar lo que me quedaba de semen, quedé exprimido y tumbado sobre Zara unidos aún y muy cansados.

Fue entonces que Zara, me confesó la verdad, sabia con detalle lo ocurrido con aquella prostituta pelirroja, y deseaba enfrentarse a Raquel, ella era amante del sadomasoquismo y le excitaba muchísimo dominar a hembras fuertes para demostrar su feminidad, era bisexual y Raquel a la cual había visto desde lejos varias veces le gustaba muchísimo, me preguntó que me parecía la idea, y yo le respondí que era genial, pero pregunté "¿como quedo yo allí?", "pues como el macho del ama y dueño de la esclava", estaba muy confiada y le pregunté si no temía perder, a lo que ella contestó "en cualquiera de los casos tú obtendrás placer, ¿no te parece buena la idea?", ¿que creen ustedes que respondí?, pues por supuesto que acepté, y así dimos forma al plan para el enfrentamiento.

Aprovechando un feriado en el banco le dije a Raquel que iríamos a una cabaña de una amiga (Zara)que estaba en la montaña para pasar unos días de full romance, también le dije que nos acompañarían Zara y su novio, y ella aceptó encantada.

Al llegar a la cabaña, nos atendió Zara vestida con una franelilla que dejaba ver lo imponente de sus tetas, y un short corto que dejaba ver lo hembra que era, me acerqué a saludarla y ella me recibió de un modo muy cálido que provocó que mi novia casi empezara el show antes de tiempo "hola Zara, te presento a Raquel" ambas hembras se saludaron de modo muy frío viéndose de arriba abajo.

Raquel preguntó por el novio de Zara a lo que ella respondió que no había podido ir y que solo estaríamos nosotros tres, eso provocó una tensión que se podía tocar en el ambiente, durante ese día la competencia por ver cual hembra era la más deliciosa comenzó, y yo era el juez y todo eso me excitaba mucho, al día siguiente en la piscina ambas mujeres se colocaron unos trajes de baño que matarían a cualquier cardiaco, el de Raquel era blanco estilo brasilero, apenas tapaba sus oscuros pezones, y la parte de abajo lucía deliciosa tapando su pequeña y exquisita raja, por el otro lado Zara se colocó un traje entero de color rosa abierto totalmente, tenia forma de v, tapaba sus pezones pero dejaba ver esas increíbles tetas, y se unían en su enorme raja y apenas podían cubrirla, atrás entraba completo entre sus nalguitas, se veía regia.

Allí comenzó todo, al verla y verme la cara Raquel explotó "Pedazo de ramera, ¿en que burdel compraste ese traje de baño?, busca algo que sea decente y tape esa mounstrocidad que tienes entre las piernas", a eso Zara respondió descubriendo su rajota "¿te parece mounstrosa Hans?" preguntó, ante el descaro Raquel dijo "obviamente quieres pelea gata roñosa", "cuando quieras vaca, te sientes suficiente mujer para enfrentarme, por que por lo que veo eres de lo más patética", Raquel se le fue encima y yo la detuve, claro todo era parte del plan de Zara, "Calmate amor" le dije, "Hazle caso para que no te humille ", esto colmó la paciencia de Raquel que dijo que iba a desgreñar a Zara, a esto ella le propuso lo siguiente, se enfrentarían y grabarían la pelea, la ganadora seria la esclava de la triunfadora por todo ese fin de semana largo, y además la que ganara seria la hembra legal del macho de la casa (es decir yo), debo confesar que deseaba en el fondo que le dieran una lección a Raquel, en fin fuimos adentro y entonces todo comenzó.

Luego de estudiarse ambas mujeres se fueron una contra la otra y se agarraron de los pelos como dos callejeras de lo más vulgares, Raquel tumbó a Zara contra el suelo y zarandeaba su cabeza, Zara por su lado hacia igual, ambas se revolcaban y no se vislumbraba quien seria la triunfadora, en una de esas Raquel levantó a Zara con su pierna haciendo que esta cayera de espaldas y me mostrara esa rajota, entonces Raquel comenzó a patearla en el suelo, Zara se cubría, Raquel se le montó encima, desnudó sus pechos aprisionó sus brazos y empezó a castigar las ricas tetas de Zara, la cual chillaba de dolor, parecía que ya todo había terminado.

Raquel se sentía triunfante y decía "ahora aprenderás a respetar puta", pero entonces Zara cuyas piernas no dejaban de moverse tratando de liberarse, usó todo su cuerpo y logró desmontar a la morena, ambas se levantaron y comenzaron un intercambio de puños en donde Raquel estaba perdiendo su ventaja, obviamente la rubia sabía usar sus manos, la cara de Raquel giraba de un lado a otro su nariz sangraba y sus pómulos estaban hinchados, Zara por el contrario apenas había recibido castigo, de cada tres golpes que Raquel lanzaba acertaba uno, obviamente el box no era su fuerte, caso contrario de Zara, ante esto la morena se hizo para atrás y se abalanzó sobre la rubia la cual la recibió con una llave de yudo y la proyectó hacia el frente aprovechando de arrancarle el sostén en el mismo movimiento.

Al caer Raquel, Zara se le montó encima y comenzó a golpear su cabeza contra el suelo mientras decía "puta de mierda a tu macho ya me lo cogí y tú me vas a comer el coño, pues será tu caramelo por los próximos días" Raquel trataba inútilmente de liberarse, sus fuerzas la habían abandonado, solo decía "te voy a destrozar puta me las pagarás ramera nunca podrás vencerme peeerraaaa", Zara se reía, y comenzó a sodomizar los ricos y morenos pezones de Raquel, con sus uñas apretaba cruelmente las enormes tetas morenas, y marcó en el pecho izquierdo cuatro de sus uñas dejando un oscuro surco de sangre como una marca para Raquel, la cual lloraba y gemía, "suplica puta o te juro que te saco los ojos" gritaba Zara que parecía poseída, "me rindo, ganaste por favor libérame" gritó Raquel.

Yo no podía creer ver a aquella hembra orgullosa ahora suplicante, Zara reía y ordenaba "no tan pronto vaca

, ahora quiero que reconozcas tu derrota y mi superioridad, y también di cuanto deseas que te coja, por que te voy a coger perra, y si te resistes te saco los ojos", "por favor no, no delante de mi novio" dijo, ante esto Zara le dio una bofetada que casi le tira los dientes", "aquí no tienes novio perra, tus amos somos mi macho y yo, di lo que ordene o paga becerra", "está bien (sollozo), eres la hembra ganadora, y por favor déjame comerme tu concha", Zara la volvió a golpear "perra dirígete a mi como ama, y pídeme el favor de que te coja pues para ti será un honor comerme el coño burra de mierda", "perdón ama Zara, por favor deje a esta su puta comer ese delicioso coño "bien perra, te dejaré", luego descubriendo su coño, lo posó en la cara de la vencida y humillada Raquel, al mismo tiempo torturaba el clítoris de la morena con su propio bikini, mientras tanto yo me masturbaba.

Estaba como mono en celo ante el espectáculo, Zara aullaba de placer "huuuu, que rico, Hans, esta puta de mierda si que sabe mamar coño, creo que esta perra ya lo ha comido antes, y se hacia la santa, mira como tiene ese coño de mojado la perra", en verdad jamás había visto el coño de Raquel tan mojado, y mientras Zara la torturaba juraría que tuvo al menos cinco orgasmos al mismo tiempo, de repente Zara se corrió llenando la boca de Raquel con sus jugos, se apartó de la cara de la morena y se levantó, Raquel estaba tendida lloraba, y tosía pues casi se ahoga, Zara se acercó a mi y me dio un largo beso mientras la morena observaba, le preguntó entonces "¿algún problema perra?", "no ama" respondió Raquel.

Luego Zara se acercó a la morena y volteándose ante mi dijo "aún no termino, voy a marcar mi territorio", no entendí pero acto seguido, se orinó encima de Raquel la cual comenzó a recibir el orín con gusto, como si de un manjar se tratara, allí comprendí que mi morena estaba domada…